El
Colom de Vol Català es pequeño
(230-315 g), pero aparenta ser más
grande por su pecho ancho y redondeado. Su
porte es erguido y esbelto. La cabeza es pequeña
y ligeramente cuadrada, sin aristas (“cabeza
en avellana”). De carácter tranquilo
y manso, pero despierto y siempre alerta al
más mínimo movimiento. La raza
tiene una gran capacidad para el vuelo, tanto
en solitario como en grupo —todo y que
prefieren vivir en grupo—. Esto hace
que se la incluya en el grupo de las palomas
de vuelo. Su vuelo en bandada es fuerte, dando
vueltas y giros con armonía y sin cambios
bruscos, especialmente cuando es adulto. Posee
un elevado sentido de la orientación.
Buena criadora; se cría en grupo para
favorecer el conocimiento entre ejemplares
a la hora del vuelo. El Colom de Vol Català
es una paloma seleccionada para el vuelo en
bandada y por el diseño de su plumaje.
El
plumaje es muy variado. Se dice que puede
haber más de un millar de patrones,
ya que además de los colores básicos
(y hay más de 150 variedades) se dan
las combinaciones en patrones diferentes.
Se admite cualquier combinación mientras
sea limpia, brillante, y bien determinada
por todo el cuerpo. Los diferentes plumajes
se dividen en tres grandes grupos, según
la abundancia y distribución del color
blanco: a) “Blancatxos”:
blanco de base y zonas coloreadas (p.e. “girat”,
“cap i cua”, “xapat”,
“mascarat”, etc.), b) Coloreados
o propios: sobre un color de base se
combinan otros colores, patrones y zonas (p.e.
“cap de frare”, “enter”,
“culiblanc”, “mongí”,
etc.), c) Ojos de Fresa: que pueden
ser propios, alas o cola.
El
Colom de Vol Català tiene un origen
muy antiguo; se considera que estas palomas
llegaron al Levante peninsular con los árabes,
en el siglo VIII. Se ha encontrado una de
las variedades más emblemáticas
de esta paloma representada en un grabado
del siglo XIII; se trataría de la variedad
“Girat” o paloma de la
Cruz. Las primeras referencias documentales
las encontramos el 1613, cuando Gerónimo
Cortés describe los colores de algunas
variedades. Esta paloma es la que, en tiempos
pasados, tuvo más éxito y difusión
en los Países Catalanes. A través
de los siglos y mediante cruzamientos con
otras razas de vuelo se fueron obteniendo
una inmensa variedad y gama de colores. No
obstante, en los años posteriores a
la Guerra Civil Española, y por una
serie de diferentes motivos, estuvo en el
umbral de la extinción. A partir de
1990 se inició un proceso de recuperación
y promoción, que se ha visto recompensado,
actualmente, con la consolidación de
algunos de los diseños más típicos,
como son: el “Enter”,
el “Cap de Frare”, el
“Mongí”, el “Girat”,
el “Cap i Cua”, etc.,
entre otros. De forma histórica se
ha localizado en Catalunya, Levante, Baleares
y el sur de Francia. Actualmente también
podemos encontrar ejemplares en Alemania y
Holanda.
No
obstante, hoy día son pocas las
variedades que se ven en las exposiciones,
y además presentan pequeñas
diferencias de tamaño y formas causadas
por la desaparición de la mayor parte
de la población de palomas de vuelo,
por el poco conocimiento de la raza y la poca
comunicación existente entre los criadores
que la han mantenido. Se pueden ver anualmente
en: la “Exposició Internacional
d’Aus Ciutat de Valls” en
Valls (Tarragona), el tercer fin de semana
de enero; así como, en el encuentro
anual itinerante del Club Català
de Coloms de Races Autòctones;
y en la exposición de aves de Consell
(Mallorca). Instituciones que se ocupan de
la raza son: la Asociación
de Criadores de Aves "El Francolí"
y el Club
del Colom de Vol Català.
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