Criada
en estado semisalvaje, en el parque natural
del Macizo de la Albera, a caballo entre las
comarcas de l’Alt Empordà (Girona)
y el Vallespir (Francia), se encuentra el
reducido número de ejemplares de esta
pequeña raza bovina. Existen dos variedades
de la misma, la llamada “Fagina”
y la Negra, y entre las dos no llegan actualmente
a los 300 individuos, aunque predominan más
los animales “fagins”
que los negros. Rústica y muy primitiva,
muy resistente al frío y muy sensible
al calor, se alimenta todo el año,
en pastoreo extensivo, de la vegetación
existente en la zona, sobretodo de los frutos
y brotes tiernos de la haya (faig),
del cual toma su nombre la variedad “Fagina”,
conocida ésta en la Catalunya Norte
(Francia) como “Massanaise”,
topónimo derivado del río Massana.
Su carácter es arisco y son animales
poco manejables, ya que su contacto con el
hombre es mínimo. Este se produce una
vez al año, en la “esquellada”,
donde se recogen todos los animales con la
finalidad principal de recuperar y retirar
los terneros para su engorde. Con respecto
a la morfología, y en el conjunto de
toda la población, el grado de variabilidad
es bastante elevado, principalmente a causa
de los diferentes cruzamientos con razas de
aptitud cárnica.
La
Alberesa fue descrita por primera vez en 1957
por Lluís Mascort, que publica la primera
tesis doctoral sobre estas vacas. No obstante,
el francés Durand, el año 1868,
ya citaba la existencia de una raza originaria
de la Sierra de la Albera. Se encuentra lógicamente
en peligro de extinción, y así
consta en el banco de datos de la FAO (DAD-IS,
Roma).
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