Ubicada
de forma mayoritaria en el Pirineo leridano,
esta “raza serrana” de color blanco
y pigmentación centrífuga característica,
resistente y activa, con unas aptitudes maternales
muy desarrolladas que le permiten criar de
forma óptima un cordero “ternasco”
de excelente calidad, está catalogada
actualmente en peligro de extinción,
habiendo visto decrecer sus efectivos, de
forma dramática, sobretodo a partir
de la década de los 60, pero luchando
productivamente, todavía, por su supervivencia.
Es
muy rústica y gran andadora, con una
capacidad de pastoreo muy desarrollado que
le permite aprovechar de forma óptima
los pastos fibrosos, incluso de debajo la
nieve. El morro pequeño le permite
aprovechar hasta la base los pastos menos
buenos, entre las piedras. Antiguamente, había
también Xisquetas negras; y con cuernos.
No obstante estos tipos se han ido perdiendo,
seguramente por simple selección fenotípica,
y aunque todavía podemos encontrar
algunos ejemplares con cuernos, la tendencia
general es hacia la obtención de animales
mochos. Su perfecta adaptación a las
duras condiciones trashumantes y pirenaicas
la han llevado a ser insustituible en estas
comarcas. El sistema de manejo productivo
más utilizado continúa siendo
el extensivo tradicional.
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