La
producción de corderos de tipo “ternasco”,
con unos pesos vivos entre 23 y 25 kg a los
85-90 días de edad, es la principal
actividad económica de los ganaderos.
Sin embargo, la obtención de una Denominación
de Origen, Indicación Geográfica
Protegida o una Marca de Calidad (Q), ha de
ser objetivo prioritario para estos animales,
criados la mayor parte del año con
pastos pirenaicos, para que garantice de este
modo su propia supervivencia. Así mismo,
la obtención, oferta homogénea
y eficaz comercialización de productos
genuinos de estas comarcas pirenaicas, como
por ejemplo la llamada “Girella del
Pallars” -típico embutido, apreciado
y codiciado en las buenas mesas pero de escasa
difusión-, se debería potenciar.
Los tiempos cambian y las necesidades lúdicas
aumentan. La preservación, en las mejores
condiciones posibles, de los pastos de montaña
en zonas turísticas de esquí
–como es el caso de las tres comarcas-,
en el mantenimiento del ecosistema pirenaico
y prevención de incendios, y como estampa
turística y cultural para el cada vez
más emergente turismo rural, son otras
actividades perfectamente asumibles por esta
raza autóctona, que deberían
tenerse en cuenta por las administraciones
pertinentes para ayudar a su propia conservación.
Situación
Actual y Perspectivas
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Aunque
desde el punto de vista estrictamente productivo
y ganadero, debido a la actual coyuntura social
y económica que atraviesa la ganadería
en general y las zonas de montaña en
particular, hayamos de catalogar la situación
actual del ovino en estas comarcas como de
bastante crítica –media de edad
de los ganaderos superior a 54 años
y menos de un 20% de relevo generacional asegurado-,
la creación en el año 1996 de
la asociación de la raza (ACOXI) y
la instauración de un Programa de Conservación,
promovido por el DARP (Generalitat de Catalunya)
en colaboración con la Facultad de
Veterinaria de Barcelona, pueden ser dos elementos
de vital importancia que ayuden a cambiar
el signo negativo de esta tendencia. No obstante,
para ello, los objetivos de selección
y la comercialización del producto
han de cambiar. La orientación futura
ha de ir encaminada hacia la búsqueda
y oferta de un producto de calidad, siendo
el beneficio obtenido el valor añadido
que esto comporta.
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