La raza Xisqueta posee las características típicas del Tronco Ibérico, del cual desciende. Son animales de formato eumétrico y plástica longilínea-mediolínea, con perfil fronto-nasal subconvexo. El color de la capa es blanco, con la pigmentación centrífuga típica del tronco ibérico. La lana es blanca y del tipo entrefino. Se explotan, generalmente, de forma extensiva tradicional para la producción de corderos, de un peso vivo aproximado de 22 a 24 kg. Los machos suelen pesar de 60 a 65 kg (con una alzada media a la cruz de 77 cm) y las hembras de 45 a 50 kg (con una alzada media a la cruz de 70 cm). Muy rústicos y con un instinto maternal muy desarrollado.

Cabeza: Pequeña pero proporcionada con el cuerpo. De tipo dolicocéfalo. El perfil fronto-nasal es subconvexo y más acentuado en los machos. Orejas de tamaño medio, horizontales, muy móviles y con las puntas pigmentadas. Ojos vivos y órbitas pigmentadas y poco prominentes. Morro pigmentado y labios pequeños. Acornes.

Cuello: Delgado, corto pero muy fuerte. No presenta papada, mamellas ni corbatas (arrugas en la piel). Fuerte crinera (muflón) en la zona ventral en muchos machos. Piel muy adherida al cuello.

Tronco: Robusto, ancho y corto. Cruz, dorso y lomo, horizontales y bien musculados. Costillar bien arqueado. Grupa en prolongación con la línea dorso-lumbar, ancha y convexilínea (predominando la longitud sobre la anchura). Nacimiento de la cola medianamente bajo, y de cierta longitud (llegando a la mitad del metatarso). Ubre bien implantada y desarrollada que le permite una buena capacidad lechera para criar los corderos. Buena nodriza, acepta bastante bien los corderos huérfanos.

Extremidades: Relativamente cortas en proporción al cuerpo, pero muy ágiles, musculadas y fuertes. Uñas fuertes, pequeñas y resistentes.

Capa: De color blanco uniforme con pigmentación centrífuga negra en la punta de las orejas, alrededor de los ojos, labios y parte distal de las extremidades. Piel gruesa y sin pliegues. Pelo de cobertura suave, fino y brillante. Mucosas pigmentadas.

Presencia de cuernos en hembras. Órbita ocular de color marrón-rojizo (“roi”) en machos. Ausencia parcial de pigmentación característica.

Perfil fronto-nasal recto en machos. Presencia de cuernos en machos. Presencia de mamellas. Machos y hembras totalmente negros o blancos (palomas). Cabeza, patas y parte ventral del cuerpo de color negro, chocolate o rosado. Animales “pigallats”, es decir, con manchas negras en el cuerpo, más o menos extensas. Este carácter es eliminatorio si aparecen en la lana, no así si lo hacen en la piel. Conformación general o regional defectuosa en exceso. Anomalías y malformaciones hereditarias y/o congénitas (p.e. prognatismo, monorquidia, criptorquidia, etc.).