Esta es la historia de la recuperación de una raza.

Hasta bien entrado el s.XIX la especie caprina tuvo un papel muy importante en la economía de los núcleos rurales de Catalunya, proporcionando carne, leche y cuero, siendo considerada como la “vaca del pobre”.

El estudio de las poblaciones autóctonas de cabras resulta complejo, ya que las actuales razas son el resultado de la interacción de distintos troncos raciales que se han cruzado entre sí a lo largo de la historia.

Pero hasta mitad del s.XX existió esta población -perfectamente documentada- por las comarcas interiores de Cataluña, declinando, a partir de entonces, hasta su supuesta extinción. Parés et al. (2005) en el libro “Catalans de Pèl i Ploma -Races domèstiques autòctones de Catalunya”, la daban por extinguida.

Sin embargo, en 2005, se localiza un pequeño núcleo, de no más de 50 ejemplares, en el pueblo de Sant Salvador de Toló (Pallars Jussà, Lleida), y el ingeniero agrónomo Santiago Álvarez inicia una labor de documentación con vistas a su rescate y recuperación.

Las tareas realizadas durante estos años han sido intensas, desde que el año 2010 se plantea su rescate por diferentes instituciones, llegando a día de hoy a disponer de una población perfectamente controlada, bajo el amparo de la entidad creada en 2014 "Associació de Pastors de la Cabra Catalana".