Se
trata de una raza antigua, aunque su primera
documentación escrita data del año
1928. Sin embargo no se había conseguido
definirla bien, hasta nuestros días,
después de los trabajos llevados a
cabo en el IRTA. Es un ave rústica,
de formato más bien ligero y puesta
mediocre, aunque se observa un interés
creciente para su cría en casi todas
las comunidades autónomas españolas
y en diferentes países extranjeros.
Produce un huevo de color marrón rojizo
intenso (producción por gallina de
unos 180 huevos anuales de unos 60 gr), aunque
no se suele encontrar en el mercado como producto
específico. De la variedad Roja se
obtiene, después de los trabajos de
mejora genética realizados en el IRTA,
un pollo rentable para ser producido en condiciones
de libertad. Existen cuatro variedades de
la raza: la Roja, la Blanca, la Rubia y la
Blanquirubia. En el año 2011 se creó y reglamentó su Libro Genealógico (DOGC Núm. 5982 de 11de octubre de 2011).
En
Cataluña, entre el 1920 y 1925, la
Mancomunitat organizaba concursos avícolas
donde se presentaban gallinas empordanesas
en dos variedades con pata amarilla: Blanca
y Rubia. En esta época el profesor
Rossell i Vilà crió y seleccionó
la variedad Blanca en los gallineros de la
Escuela Superior de Agricultura de Barcelona.
En el año 1925, con la dictadura de
Primo de Rivera, se disolvió la Mancomunidad
y desaparecieron los grupos de gallinas que
se habían formado. Fue después,
hacia el 1933, cuando los servicios técnicos
de ganadería de la primera Generalitat,
bajo la dirección de Rossell, recogieron
ejemplares procedentes de diversas masías
de Pals y otros pueblos de las cercanías
y obtuvieron un núcleo de color blanco.
Tras la muerte de Rossell i Vilà, la
raza se crió en la Granja Avícola
de Caldes de Montbui, pero desapareció
a finales del año 1938 debido a la
falta de alimentos que comportó la
guerra. No obstante las gallinas empordanesas
se fueron manteniendo en las casas rurales
del Empordà. Es necesario mencionar
aquí que, durante los años 1940
a 1950 hubo movimientos de aves del Penedès
hacia el Empordà; esto quizá
explicaría el hecho de que las Empordanesas
actualmente recuperadas ponen los huevos de
cáscara muy oscura, y no blanca como
los ponían en tiempos de Rosell. Como
se ha dicho también para la raza Penedesenca,
y conjuntamente con ella, a mediados del año
1982 en el Centro de Mas Bové de Constantí
(Tarragona), -en ese momento gestionado por
la Diputación de Tarragona y la Generalitat
de Catalunya-, se inició la labor de
recuperación de las gallinas propias
del Empordà. Como resultado de los
diferentes trabajos la población inicial
quedó estructurada en las cuatro variedades
anteriormente mencionadas, redactándose,
así mismo, el actual patrón
racial. El censo actual es de unos 700 a 1.000
ejemplares distribuidos por España,
un 50% de los cuales se hallan en Catalunya.
También se cría en Francia y
Alemania, donde ha surgido, en este último
país, el club de criadores de razas
de gallinas catalanas “Sonderverein
der Züchter Katalanischer Hühnerrassen“,
que el 1998 incorporaba la raza Empordanesa.
Los dos países la han incluido en sus
respectivos libros de patrones avícolas.
El censo, referido de forma objetiva como los reproductores inscritos en el Libro Genealógico, ha mantenido una cierta estabilidad la última década: 579 ejemplares en 2011 (451 hembras y 128 machos), 459 en 2014 (324 hembras y 135 machos) y 605 en 2017 (458 hembras y 147 machos).
En el año 2008 se creó la Asociación de Criadores de Gallinas de Raza Empordanesa (ACGRE), con sede en el Camí de Sant Cristòfol 23, 17243-Llambilles (Girona).
Gallos y gallinas de esta raza los podemos
ver anualmente en: la “Exposició
Internacional d’Aus Ciutat de Valls”
en Valls (Tarragona), el tercer fin de semana
de enero; en la ”Exposició
d’Aus de Camallera” en Camallera
(Girona), el último fin de semana de
septiembre; y en el lugar donde anualmente
se celebre la “Exposición Avícola
Europea”.
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