ASNO CATALÁN
Clic per ampliar
         
         
   
 ORIGEN E HISTORIA

El Asno Catalán desciende del tronco ancestral Equus asinus somaliensis, o Asno de Somalia, que dio lugar posteriormente a los asnos del sudoeste de Asia y probablemente también a la gran mayoría de razas europeas. En cuanto a referencias escritas, el asno Catalán se conoce desde la antigüedad. Algunas citas en textos romanos, de Varrón y Plinio el Viejo, ya presuponen su existencia y comercialización. Durante la época romana la tribu que habitaba la “Plana de Vic” (comarca de Osona, Barcelona), importante zona de cría de asno catalán, era conocida con el nombre de Ausetana. Todavía hoy, en algunos lugares, como por ejemplo Argentina, se la conoce como raza Ausetana. Sin embargo, el topónimo “catalana”, no aparece en documento escrito hasta el año 938 (Archivos de la Corona de Aragón).

La Guerra Civil Española (1936-1939) llevó a la raza asnal catalana hasta su práctica desaparición, produciéndose, en la década siguiente (1940-1950), la paradoja de ser para la raza la época de mayor esplendor, debido a la situación de post-guerra que produjo un retorno a los sistemas más tradicionales de producción agrícola. La crisis de precios del sector equino en los años subsiguientes, la mecanización del campo y el éxodo rural en la España de los años 60 y 70, volvió a llevarla hasta límites alarmantes, no siendo hasta el año 1978 (fundación de la AFRAC-Associació del Foment de la Raça Asinina Catalana) en que se produce un punto de inflexión favorable para el devenir de la misma, reabriéndose el Libro de Registros (el original era del año 1929) con tan solo 8 burras y 2 garañones. Actualmente, la AFRAC, es la entidad colaboradora que se encarga de la gestión del Libro Genealógico, el cual se creó y reglamentó en el año 2002 -DOGC núm. 3608, de 4 de abril- (DOGC: Diario Oficial de la Generalitat de Catalunya).

La zona de origen y expansión del Asno Catalán se desarrolló alrededor de las cuencas fluviales de los ríos Segre, Ter y Cardener, diseminándose posteriormente hacia otros lugares de Catalunya. A mediados de s.XX, Romagosa (Tesis Doctoral, 1959) diferenciaba cinco zonas garañoneras en Catalunya: Plana de Vic; Garrotxa y Ripollès; Berguedà, Solsonès y Segarra; Plana de Urgell; Segrià y Ribera del Cinca. La distribución geográfica actual ha variado en relación a la de mediados de s.XX, ya que, lógicamente, también han variado las razones y motivos para la tenencia y cría de estos animales.

De los 879 individuos actualmente vivos (diciembre de 2017) -correspondientes a 129 criadors-, inscritos en libro genealógico y controlados por la AFRAC (de los cuales un tercio son machos), la gran mayoría (90%) permanecen en Cataluña: Girona (41,2%), Barcelona (34,4%) Lleida (14%) y Tarragona (0,2%), diseminados por diferentes comarcas, con predominio del Berguedà (17,6%), Garrotxa (16%), Pla de l'Estany (8,1%) u Osona (8,1%). El resto se distribuye por Andalucía (0,3%), Aragón (5,2%) y la Cataluña Norte en Francia (4,7%), comarcas del Conflent y Vallespir, principalmente.

 

Inici pàgina
Pàgina inicial

 

 
     
 
Última actualización: noviembre 2018