Aunque
la ganadería bovina no fue una actividad
predominante en el Pirineo leridano durante
el siglo XIX, la crisis del cultivo de la
viña, producida por la aparición
de la filoxera, lo cambiaría todo de
forma muy notable. Los bovinos autóctonos
de las comarcas pirenaicas leridanas (la extinta
vaca Catalana, la Pallaresa y algún
ecotipo de la actual Pirenaica) empezaron
a cruzarse con bovino lechero, importado de
Suiza (Parda Alpina) y entrado por la Val
d’Aran, para así buscar una posible
alternativa económica al tradicional
cultivo de la viña.
Las
primeras fuentes escritas que hablan de importaciones
de vacas suizas datan del año 1922,
pero se tienen evidencias de que las primeras
importaciones se realizaron alrededor de 1880;
en el año 1881 se instaló una
fábrica de mantequilla en la localidad
de Gorguja (Llívia), que obligó
a la importación de vacas especializadas
en la producción de leche, entre ellas
la Suiza; aunque diez años antes ya
se importaban desde Santander.
Estudios
morfológicos realizados en un total
de veinte razas españolas, situarían
a la población Bruna como integrante
del llamado “tronco rojo convexo turdetano”,
conjuntamente con otras razas como la Pirenaica,
la Palmera (Islas Canarias) o la Rubia Gallega.
Este tronco turdetano, originario de Mesopotamia
y Asia Menor, se introdujo en África
y Europa vía Egipto y estrecho de Gibraltar.
La
raza Bruna del Pirineus se localiza en las
comarcas pirenaicas y prepirenaicas de Catalunya:
Pallars Jussà, Pallars Sobirà,
Alta Ribagorça, Val d’Aran, Alt
Urgell, Cerdanya, Berguedà-Lluçanès,
Solsonès y Ripollès.
Estudios
realizados mediante marcadores genéticos
e individuos procedentes de todas las comarcas
anteriormente citadas, confirmaron la gran
uniformidad genética mostrada por la
raza. Los análisis permitieron inferir
las vías migratorias originales de
estos animales, con una clara tendencia a
la expansión en dirección NO-SE,
es decir, desde los valles de alta montaña
de los Pirineos hacia las comarcas prepirenaicas.
El censo aproximado de la raza es de unos
30.000 animales, si bien la cifra se reduce
bastante si únicamente consideramos
aquellos individuos con un elevado grado de
pureza racial.
En
los años setenta, se introdujeron en
la zona razas especializadas en la producción
de carne, como la Charolesa o la Limousina,
que no consiguieron adaptarse suficientemente
a las condiciones de montaña, favoreciendo
por tanto la continuidad de la crianza de
vaca Bruna. A principios de los ochenta, algunos
ganaderos, inquietos por el futuro de la raza,
empezaron a organizarse y surgieron las primeras
asociaciones de la misma. Estas se federaron
en el año 1990, constituyendo así
la “Federació Catalana de
la Raça Bruna dels Pirineus”
(FEBRUPI).
La
Bruna fue oficialmente reconocida como raza
pura el año 1997 (Real Decreto 1682/1997,
de 7/11/97, BOE (Boletín Oficial del
Estado) del 21/11/97). No obstante, la raza
cuenta con un Libro Genealógico propio
desde 1990 (aprobado por la Orden del 24/08/90
y Resolución del 10/09/90, en el DOGC
–Diario Oficial de la Generalitat de
Catalunya).
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