Salvans,
en el año 1947, ya comentaba que la
belleza de las burras catalanas no estaba
en su talla ni en las condiciones morfológicas
de su cuerpo, sino en las cualidades biológicas
de su organismo y, de un modo especial, en
su temperamento y en su gran poder hereditario.
Estas cualidades le han llevado a ser base
de mejora de diferentes razas europeas y americanas.
Los asnos catalanes no se dejan influenciar
demasiado por la mezcla o cruce con asnos
de procedencia foránea; más
bien impone sus caracteres y elimina rápidamente
los que le hubieran podido dejar los asnos
introducidos.
Es
un animal típicamente hipermetabólico
u oxidativo; de temperamento sanguíneo,
vigoroso, vital y fuerte, de orejas erectas,
mirada viva y cabeza de porte elevado, muy
noble y de reacciones rápidas. La mirada
es tan expresiva, que sólo por ella,
se podría diagnosticar a la raza catalana.
De gran poder genésico, estando la
líbido y el instinto sexual muy desarrollados.
Como anécdota curiosa podemos comentar
el hecho de que, en un solo día, un
garañón cubrió a un total
de once burras, pariendo todas y una de ellas
con mellizos. Tienen una cierta facilidad
a resabiarse si no se les somete a una recría
racional. No obstante, si no han sufrido una
deficiente recría-doma, no hay ni uno
solo que se resabie o que no sea noble. Sus
cualidades se contraponen a las razas de hábitos
metabólicos u ortosténicos,
es decir, de actitudes dulces e indolentes,
que necesitan de vivas excitaciones para que
reaccionen.
Es
un buen animal de compañía,
tanto para hacer rutas como para dar vida
a una casa de campo. En ésta, mantiene
la vegetación controlada, pues es un
gran desbrozador, manteniendo las zarzas controladas
y limpiando el sotobosque prepirenaico, podando
las encinas hasta su altura; a la vez que,
con sus rebuznos, se comunica con el propietario
o el cuidante, saludándole por la mañana
e indicándole las pautas de sus comidas
diarias.
No
es un animal típicamente corredor,
pero sí muy bien preparado para la
realización de trabajos duros en tiempo
y esfuerzo. De todos es conocida su habilidad
para andar por terrenos pedregosos, cuestas
empinadas y caminos difíciles de alta
montaña. Quizá por ello, una
de las actividades más recientes en
que participan los asnos catalanes es en la
cubrición de yeguas inglesas para la
obtención de mulas rápidas y
resistentes, con las que se organizan largas
carreras de montaña que cada vez despiertan
más interés (Joan Gassó;
comunicación personal).
Las
fotografías de la izquierda corresponden
a mulas catalanas.
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