Los
asnos catalanes han contribuido, de forma
muy importante, en la formación y mejora
de otras poblaciones, sobretodo europeas y
americanas. Así, han contribuido, aunque
no en el grado en que lo han hecho los zamorano-leoneses,
en la mejora de la raza francesa Baudet du
Poitou, preferentemente para aumentar la talla
y mejorar su poder genésico. Más
importante ha sido su influencia, a principios
del s.XX, en algunas razas italianas, como
la Pantelleria, Martina Franca, y la Siciliana
o Ragusana. Las razas mediterráneas,
Maltesa y Chipriota, originarias de asnos
africanos y asiáticos, también
han recibido la influencia del asno Catalán.
Más recientemente, la raza francesa
Âne des Pyrénées, también
se ha visto favorecida por la importación
de garañones catalanes. En la península
Ibérica mantiene estrechas relaciones
filogenéticas, indicadoras de un posible
ancestro u origen común, con la raza
Mallorquina de las islas Baleares. Exportaciones
de asnos catalanes se han venido sucediendo
desde finales del s.XIX y durante todo el
s.XX, a lugares tan alejados y dispersos como
Alemania, Argelia, Argentina, Australia, Brasil,
Canadá, Congo, Gran Bretaña,
India, Madagascar, México, Repúblicas
centro-americanas, Sudáfrica, Túnez
y Zaire.
Pero
donde todos los autores se manifiestan de
acuerdo en cuanto a la directa y decisiva
influencia de los asnos catalanes en la formación
de una raza, es en el Asno Americano, también
llamado Asno de Kentucky o Mammoth, en honor
al que se considera como mejor semental fundador
de la raza, de nombre “Imported Mammoth”
que llegó a Charleston (Carolina del
Sur, USA) el año 1819, procedente de
Catalunya, siendo utilizado de forma masiva
en los estados de Kentucky, Tennessee y Missouri.
De principios del s.XX es la cita, que apareció
en una revista americana, acerca de las cualidades
de los asnos catalanes: “Catalunya
es la fuente de los mejores garañones
del mundo, siendo sus garañones los
fundadores del garañón americano
que tanto abolengo tiene en los estados de
Kentucky, Tennessee y Missouri,...”
(The Farmer, USA, marzo de 1916).
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