El
asno Catalán desciende del tronco ancestral
Equus asinus somaliensis, o Asno
de Somalia, que dio lugar posteriormente a
los asnos del sudoeste de Asia y probablemente
también a la gran mayoría de
razas europeas. Sin embargo, algunos autores
circunscriben su área de origen ancestral
a la cuenca mediterránea, concretamente
las Islas Baleares, llamando a dicho tronco
primitivo Equus asinus europeus,
y del cual habrían surgido la mayoría
de razas europeas, así como las cuatro
razas da capa negra del norte de España:
Catalana, Encartaciones, Mallorquina y Zamorana-Leonesa.
No obstante, todos los autores admiten el
origen difilético de los asnos, correspondiendo
el otro gran tronco ancestral al Equus
asinus africanus, o Asno de Nubia, siendo
sus representantes en España, el Asno
Andaluz y el Asno Majorero.
Los
restos fósiles más antiguos
de Equus asinus en Catalunya, datarían,
según Romagosa (1959), de finales del
Terciario (Plioceno), hace ahora unos 2 millones
de años, concretamente varias muelas
e incisivos hallados en Caldes de Montbui
(Barcelona). Para Romagosa este hecho es de
una trascendencia arqueológica fundamental,
ya que corroboraría la existencia en
el Plioceno de los asnos en Catalunya, mucho
antes de que en Europa se iniciaran las reales
o supuestas migraciones orientales. Del Cuaternario
Antiguo (Pleistoceno Inferior) parecen ser
otros hallazgos importantes, como por ejemplo,
un astrálago, dos falanges distales
y un fragmento de mandíbula inferior
hallados en el Abric Romaní de Capellades,
Barcelona, (Rossell, 1930). Posteriormente,
se fueron descubriendo y datando restos fósiles
de asnos en lugares como: “Cova Gran
d’en Carreras” de Serinyà,
Olot, Castellfullit de la Roca, Banyoles (Girona),
Terrassa y Caldes (Barcelona), Borges Blanques
(Lleida), así como en diferentes lugares
del Pirineo catalán. Esta distribución
geográfica de restos arqueológicos
se correspondería, muy exactamente,
con las principales zonas “garañoneras”
que han existido en Catalunya a través
de los siglos.
Sin
embargo, recientes estudios realizados con
ADN mitocondrial (Beja-Pereira y col., 2004)
y estudios arqueozoológicos (Nores
y Liesau, 1992), vendrían a rebatir
ciertas informaciones anteriores. En primer
lugar, la existencia del tronco ancestral
Equus asinus europeus y su área de
origen de las Islas Baleares. Un estudio filogenético,
realizado a partir de 259 asnos procedentes
de 52 países del Viejo Mundo, ha puesto
en evidencia que todos los asnos domésticos
actuales proceden de dos linajes maternos
divergentes, consistentes con dos domesticaciones;
señalando el Nordeste africano como
la localización más probable
de domesticación, y siendo por tanto
esta especie, la única que habría
sido domesticada únicamente en Africa.
Los asnos domésticos tienen por tanto
dos orígenes maternales divergentes,
originados, cada uno de ellos, de las dos
distintas subespecies de asnos salvajes del
Nordeste africano, es decir: E.a.somaliensis
y E.a.africanus. El tiempo estimado de divergencia
entre las dos líneas se sitúa
entre los 300.000 y los 900.000 años,
es decir, entre el Pleistoceno Medio e Inferior.
En
segundo lugar, las dataciones que hace Romagosa
de los fósiles, presumiblemente asnales,
localizados en Catalunya. Como mucho, los
asnos llegaron a Europa en el Pleistoceno
Medio, conjuntamente con los caballos, por
lo que los fósiles Pliocénicos
y Pleistocénicos Inferiores de Caldes
de Montbui y Capellades bien pudieran ser
representantes del Equus hydruntinus, conocido
popularmente como Zebro, un équido
prehistórico del Pleistoceno europeo.
La mayoría de autores siempre habían
pensado que se trataba de un asno, sin embargo,
estudios arqueozoológicos basados en
restos dentales aseguran que sus parientes
vivos más próximos son las cebras
africanas (Nores y Liesau, 1992). En la Figura
se puede observar un gravado de la gruta de
los Tres Hermanos (Trois Frères) en
la comarca francesa de la Ariège (lindante
con Catalunya), representando a un Equus hydruntinus,
y en el que podemos apreciar su gran parecido
con los asnos.
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